MERCADOM, EL SECTOR Y LA LEY 108-13

Lunes, 16 Noviembre 2020

 

Como entidad pública responsable del desarrollo y el funcionamiento de las infraestructuras de distribución de los alimentos y productos agropecuarios, Mercados Dominicanos de Abasto Agropecuario (MERCADOM) tiene como prioridad, dentro de su plan operativo 2020-2021, establecer 3 centros de acopio, clasificación y empaque en diferentes  zonas agropecuarias como proyecto piloto demostrativo.

Los centros de acopio deben considerarse elementos esenciales para el desarrollo agropecuario y el logro de una adecuada rentabilidad del sector productivo.

Se contempla un centro de acopio y clasificación de  tubérculos en el Cibao; otro centro de granos y legumbres para la zona Sur y un tercer centro de acopio de productos lácteos en la zona Este del país.

En la operación de estos centros de acopio los representantes de los productores tendrán acciones protagónicas en las decisiones  y las operaciones de dichos centros.

La comercialización de productos agropecuarios debe presentar el producto tal y como la exige el mercado. Por tanto, dichos productos deben salir de las zonas de producción, preparados tal y como deben ser manejados y entregados a los consumidores, es decir, que la producción agropecuaria debe tomar ejemplo de los sistemas industriales, donde el producto sale de la fábrica tal y como ha de ser entregado al comercio, por lo menos en el nivel mayorista.

En conclusión, el producto agropecuario debe salir lavado, tratado, clasificado y empacado. Estos centros de manejo y empaque se establecerán en las localizaciones más adecuadas en las zonas de producción y ajustadas a sus características productivas.

 Estas infraestructuras posibilitarán el acopio, la clasificación y el empaque y/o envasado de los productos agropecuarios, permitiendo agregar volumenes de productos con características semejantes para ofrecer economía de escala, así se evita que un productor aislado quede a merced de un comprador en su finca, a la vez se reduce el costo de acopio por los compradores. Esto indudablemente debería reflejarse en mejores precios para los productores.

 Estas acciones generarán economía en el manejo post-cosecha y reducirán sensiblemente las pérdidas. Esta preparación debe hacerse lo más cercano a los centros de producción y aprovechar la mano de obra disponible en el mercado rural y la participación femenina. La disposición final de los desechos sólidos resultará más fácil al realizarse en las mismas zonas productivas.